Sensibilidad social e innovación: los esenciales para los directores del mañana
La preocupación por los cambios sociopolíticos y el mayor énfasis en la relación con el entorno, son las prácticas que más han cambiado dentro de los espacios de toma de decisión empresarial en el último tiempo, según un estudio del Instituto de Directores de Chile.
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Los directorios están en un punto de inflexión y no volverán a ser lo mismo. El estallido social y luego la pandemia llegaron a remecer a los tomadores de decisiones, y un 91% ya estima que dichos espacios han variado radicalmente en la forma de operar.
Y esta impresión surge de este mismo mundo, pues el Instituto de Directores de Chile (IdDC) -creado por EY junto al Institute of Directors de Reino Unido- organizó un ciclo de conversaciones y encuestó a 182 líderes empresariales con la idea de perfilar las habilidades que necesitarán estos cargos en los próximos cinco a 10 años. ¿Cómo será el director del mañana? Ese fue el foco.
El levantamiento reveló que la preocupación por los cambios sociopolíticos y el mayor énfasis en la relación con el entorno son parte de las consideraciones prevalentes en el último tiempo. Y esto es coherente con el hecho de que los encuestados ubicaron estos temas, así como en la resiliencia de la organización y la gestión del talento, en la agenda que más capta hoy su atención.
Pensando en los próximos tres a cinco años, la sensibilidad social -o sea, saber leer las señales del entorno- se posicionó como la característica más importante para los directores del futuro (79,9%). Le siguió la innovación y creatividad, con un 75% de las preferencias; y un 54,4% puso énfasis en la adaptabilidad.
Fadua Gajardo, directora ejecutiva del IdDC, plantea que la primera de estas cualidades es "la dimensión que se encontraba más al debe" entre los directores. "La crisis social en nuestro país, y que la pandemia vino a profundizar, cambió dramáticamente la forma en que las organizaciones deben interactuar con sus stakeholders, y eso no estaba pasando en la profundidad y con la urgencia que hoy lo está haciendo", explica.
El estudio precisa que saber leer las señales del entorno es clave para lograr la adaptabilidad al cambio. Un consenso entre los entrevistados es que los negocios deben empezar a plantearse desde la sustentabilidad, y para lograrlo, desarrollar la sensibilidad social es el punto de partida.
"Un buen director"
Para ser un "buen director", el 95% de los encuestados considera que las habilidades interpersonales serán fundamentales, mientras que la trayectoria profesional, las características personales e inteligencia emocional serán las variables más valoradas en quienes integren estos espacios.
"Hoy necesitamos perfiles de directores más ciudadanos y globales", expone Claudio Muñoz, director del IdDC. Afirma que el nuevo director deberá complementar las habilidades tradicionales -como aspectos financieros o jurídicos- con "una mirada más amplia del mundo, una visión de sociedad más elaborada y que permita la construcción de puentes y de equilibrios".
La también directora del Instituto, Agathe Porte, defiende que quienes integren estos espacios deberán estar mucho más preparados que en el pasado. Será fundamental que se capaciten sobre su rol de director, pero también en temas como recursos humanos, tecnologías de la información, digitalización, inteligencia artificial y medio ambiente, entre muchos otros, dice.
Y, a juicio de Karen Ergas, otra de las directoras de IdDC, el nuevo tipo de director "evoluciona, desarrolla sus habilidades y se capacita permanentemente". Plantea que se está avanzando en la incorporación de perfiles más diversos, no solo en cuanto a género, sino también en formación profesional, cultural y, sobre todo, en sumar "diferentes perspectivas que permiten el diálogo de opiniones diversas, que es al final lo que beneficia más a la organización".
Trabajadores en las decisiones
Porte plantea que uno de los grandes temas que deben abordar los directorios del mañana es su composición, y en su opinión, no hay único ideal para todas las empresas. Argumenta que todo depende del propósito, cultura, valores, rubro y necesidades.
Incluir trabajadores en el directorio, señala, "es un camino que cada empresa tiene que decidir", pero subraya que es imprescindible promover la diversidad.
Muñoz indica que la discusión sobre incorporar trabajadores a los directorios le ha llamado la atención por un tema práctico. "Los directorios no se conforman por cargos o roles, se conforman por habilidades para apoyar de la mejor forma el desarrollo de la empresa, y da lo mismo cual sea el rol o cargo de la persona que es nominada", dice. Y agrega: "Si esa persona es un trabajador, bienvenido sea".
Ergas sostiene que "toda medida que apunte a que los trabajadores se sientan más identificados y comprometidos con su organización, es positiva, pero esto puede darse a través de múltiples acciones".
Propone, como primer paso, analizar opciones de lo que se está haciendo en el extranjero, evaluando ventajas y desventajas, y "teniendo cuidado de hacer comparaciones que no sean válidas, debido a que los gobiernos corporativos son muy diferentes en otros países". Coincide, además, en que cada firma debe evaluar, según su naturaleza y propósitos, "cuál sería la mejor forma de avanzar para ella en este tema".